Redes 5G: la carrera de fondo hacia la conexión total

Redes 5G: la carrera de fondo hacia la conexión total

Este año se dio el pistoletazo de salida de esta tecnología que debe extenderse en 2020, pero falta más inversión, superar el conflicto entre China y EE.UU. y aprobar licitaciones

Más allá de la velocidad y la latencia, las redes móviles de quinta generación, las redes 5G, van a aportar mucho más de lo que se cree: representan una gran ocasión para dar la vuelta al completo al mundo industrial en años venideros. Sus grandes oportunidades pasan por lograr una mayor eficiencia y productividad en el trabajo del futuro. Un desafío al alcance de todos los negocios aunque con importantes matices: en 2019 se ha dado el pistoletazo de salida pero quedan grandes desafíos pendientes que rebajan la euforia inicial.

Las principales operadoras nacionales han empezado a desplegar las nuevas conexiones. Vodafone ha sido la primera en activarlas. En cuestión de meses, la mayoría habrán dado el salto a esta infraestructura orientada a conectar todo tipo de aparatos electrónicos. Se abre una nueva era para la economía. Para sacarle provecho será necesario hacer numerosos ajustes, adaptar nuevas tecnologías en el negocio, cambiar los procesos industriales… Y, por supuesto, desbloquear algunas frecuencias en las que que por ahora viajan los canales de la TDT. La banda de 700 megahercios (MHz) está todavía en el aire. El proceso de licitación por parte del Gobierno, conocido como segundo dividendo digital, dará comienzo el próximo año. Debe de ser antes de verano para atender a las exigencias de la Comisión Europea (CE). Y, con ello, se ha retrasado la inversión de innumerables proyectos empresariales.

En este año se ha puesto la primera piedra, pero todo apunta a que va a tener un gran recorrido: se estima que para 2025 esta tecnología representará el 15% de las conexiones móviles mundiales. Al margen de minucias técnicas, la industria en su conjunto se va a poder beneficiar de esta base tecnológica. Son muchas las oportunidades para transformar digitalmente la manera de fabricar bienes o prestar servicios. De primeras, creen los expertos consultados, va a suponer el final de las conexiones por cable y tener un mayor control de la producción.

Las empresas de telecomunicaciones han empezado a invertir alrededor de 160 mil millones de dólares cada año en la expansión y actualización de sus redes, recoge un informe de la GSMA, organización mundial de operadores móviles. El 5G contribuirá con unos 2,2 billones de dólares a la economía global en los próximos 15 años, con sectores clave como la industria, los servicios públicos, profesionales y financieros, que serán los más beneficiados por esta tecnología aún emergente que ha sido foco de conflicto entre las potencias estadounidense y china. Una lucha por el control tecnológico total en la que Europa se ha quedado rezagada. Para dentro de cuatro años se calcula que haya 1.500 millones de suscriptores.

De aquí a unos años, vaticinan los expertos, se habrán producido grandes avances al respecto introduciendo en las empresas sistemas más avanzados de robotización, más eficiencia en el procesamiento de los datos, la aparición del trabajo en remoto o el desarrollo del vehículo autónomo, ahorrando costes en desplazamientos. La era del 5G va a crear diferentes conexiones con diferentes características dependiendo de la demanda del dispositivo, permitiendo así, que cientos de máquinas se puedan conectar a internet de forma inalámbrica. Otro problema a resolver es la latencia, es decir, la velocidad de la respuesta de la conexión. En 4G no es lo suficientemente rápida como para soportar, por ejemplo, el coche autónomo con total seguridad. Para Luis Abad, director general de la consultora Altran, esta tecnología permitirá a la industria «desacoplar computación que se hacía de forma local en los objetos y máquinas de la misma y llevar la computación al extremo de la red».

España, entre los primeros puestos a nivel europeo

Introducir el 5G en sectores productivos como la automoción, la salud, o el transporte aumentará los beneficios hasta los 62.500 millones de euros anuales en Europa en el año 2025, según la CE. Si se considera el impacto económico de la mejora en eficiencia de las ciudades, los hogares y los centros de trabajo, los beneficios anuales esperados llegarán a 113.000 millones de euros. Este crecimiento se puede traducir en más de 2,4 millones de empleos en Europa. En el caso de España, según el Gobierno, se cree que con unas «inversiones adecuadas» en 5G se obtendrán unos beneficios indirectos anuales en los cuatro sectores productivos de 14.600 millones de euros en 2025. Otro beneficio va a ser el aumento de las ventas de móviles tras dos años de caídas.

«Tiene unos beneficios tremendos, pues permitirá, por ejemplo, que utilicemos gafas de realidad aumentada y de realidad virtual de bajo coste con prestaciones de gafas de alta gama. También permitirá que conduzcamos coches con prestaciones de info-entretenimiento y de seguridad similares a los de una marca Premium con el coste de uno de gama media» apunta. Asimismo, la interconexión de miles de objetos en tiempo casi real extenderá la gestión remota, automatizada o semiautomatizada de delicados procesos productivos y asistenciales.

Obstáculos

Los expertos creen que es necesario impulsar la adopción de estándares, identificar casos de uso, experimentar con las tecnologías y, sobre todo, desarrollar nuevos ecosistemas. Aunque España va en estos momentos en la locomotora; un informe del Observatorio Europeo de 5G lo sitúa como el país europeo donde hay en marcha más cantidad de proyectos piloto.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Enrique Porta, socio responsable de consumo de la consultora KPMG en España, es tajante: «Las empresas todavía no han alcanzado todo el potencial de la IA en la personalización de los servicios, en parte porque no hay inmediatez en la respuesta que dan a sus clientes. Estos procesos todavía necesitan tiempo de ejecución pero con el desarrollo del 5G, el internet de las cosas y otras soluciones tecnológicas que aporten velocidad al análisis de la información en tiempo real, las empresas serán capaces de mejorar su propuesta de valor».

Gran inversión

Los expertos también advierten de la falta de un modelo claro de negocio. El despliegue de una red 5G en Europa va a costar en torno a 500.000 millones de euros, el doble de la capacidad de inversión de las operadoras europeas. «Hay una brecha de 250.000 millones y tenemos que empezar a hablar de esto», alertó recientemente el responsable de Innovación y Transformación Digital de GSMA, Javier Albares. «Si el futuro es un futuro de datos ilimitados, gran cobertura y poco precio, entendemos que es un modelo bastante difícil para atraer inversores», sentenció.

El impacto en la economía va a ser asombroso. «Es preciso generar una nueva economía para paliar los puestos de trabajo que 5G destruirá, con una plan de formación que permita recolocar a todos los sectores afectados. En el pasado ya se han producido situaciones similares, y tenemos que estar preparados para que 5G suponga un gran impulso en España, y no vuelva a ser un tren que hemos perdido como país», añade Arturo Azcorra, director de IMDEA Networks y catedrático de la universidad Carlos III de Madrid.

A su juicio, los mayores obstáculos son la «desconfianza» a la tecnología, los bulos «indicando falsos efectos negativos para la salud», la ausencia de regulación en los sectores de aplicación de 5G como el coche autónomo, la sanidad personalizada o drones que impida su despegue o «la falta de visión de los sectores verticales para entender la amenaza y la oportunidad que supone en su negocio». Otros obstáculos son la lentitud para licenciar suficiente espectro y las dificultades para encontrar ubicaciones para la instalación de estaciones base adicionales.

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Fuente: ABC

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Kássia Carvalho