Un minibús eléctrico sin conductor como guía turístico de la Ruta de los Volcanes
El Parque Tecnológico de Leganés ha parecido durante unos pocos minutos un parque de atracciones. Un autobús eléctrico de 12 plazas sin conductor ha transportado este viernes a visitantes impacientes, mayoritariamente vestidos de traje. El trayecto de demostración fue una ida y vuelta, con dos curvas, a un máximo de 24 kilómetros por hora controlado por cámaras, sensores y pantallas. Se trata del Proyecto CITIES Timanfaya promovido desde 2018 por los centros de Arte, Cultura y Turismo con la participación de la Universidad Carlos III (UC3M) y empresas exclusivamente españolas, entre ellas MAPFRE, Albufera y la Asociación Española de Carretera (AEC). El objetivo es mejorar la movilidad turística en la Ruta de los Volcanes en el Parque Nacional de Timanfaya cuyo entorno, parecido al de Marte, es complejo. Además, esta innovación permitirá a personas con discapacidad, que no entra en los buses actuales o de avanzada edad que no puede andar durante horas, disfrutar plenamente de las Montañas del Fuego.
Virgilio Díaz, director del Servicio de apoyo al Emprendimiento y la Innovación de la UC3M, asegura que el prototipo del minibús autónomo puede aplicarse en la ciudad, en el día a día. “Si el vehículo puede circular 14 kilómetros de la Ruta de los Volcanes, con el sistema de cámaras y GPS que ya existe en las ciudades será mucho más fácil y por lo tanto más barato”, añade. Hasta ahora, como explica Díaz, en el Parque Nacional circula un bus muy grande y contaminante, pero el turista no puede disfrutar de las vistas y la gente con discapacidad ni siquiera entra.
Además, el camino completo corresponde a 27 kilómetros de senderismo es decir a más de cinco horas andando sobre un terreno complicado. “La mayoría de los turistas hacen solo una pequeña parte de la ruta y esto les permitirá ampliar la jugada”, asevera. Y como lo han asegurado los ingenieros durante la presentación, el minibús ofrecerá una visita más impactante gracias a la realidad virtual, a las pantallas y a sus grandes ventanas. Además, el transporte turístico actual del Parque Nacional de Timanfaya es contaminante y, por lo tanto, al dañar el espacio natural, tiene restricciones. Los especialistas ven su proyecto como una manera 100 % sostenible de mantener el turismo en la zona e incluso de promoverlo.
A bordo del CITIES Timanfaya
En el interior del autobús hay dos pantallas y seis asientos. Los otros pasajeros se agarran a las barras del techo. Antes de partir, un responsable aprieta un botón amarillo en la parte trasera y suenan tres pitidos ligeros. El vehículo arranca sin ruido y sin prisa. “Por favor, siéntese señorita”, pide el técnico. Nadie toca nada durante el trayecto, solo se agarran, quizás un poco escépticos. “Nos quedamos nosotros de pie por cuestiones de seguridad”, explica Javier García Guzmán, uno de los ingenieros. “Tenemos sensores que a veces pueden fallar y desubicar el vehículo. Para solventarlo, hemos incorporado un sistema de seguridad que hace frenar el aparato automáticamente frente a cualquier duda”, explica el ingeniero. “En está curva vemos por ejemplo que el vehículo va más despacio”, prosigue señalando el camino. Después de la curva, el vehículo realiza algunos zigzags muy leves para ponerse de nuevo en el eje, sin ninguna brusquedad. La máquina parece superar los reflejos humanos.
El prototipo del autobús no es mucho más grande que un coche. El techo está dotado de un sistema LIDAR que controla ese paisaje complejo y permite modular la ruta del vehículo autónomo en función de los obstáculos y de la estrechez de la carretera. “Hemos circulado con lluvia. El sistema se adapta”, contesta José Luis San Ramón, ingeniero del proyecto. Aunque el vehículo se haya presentado como una innovación vanguardista española para el futuro de una movilidad sostenible, los científicos asumen que uno de los principales retos que les queda por resolver es el de la homologación. “La legislación no incluye los vehículos autónomos”, reitera el experto “y queremos demostrar que funciona y que puede ser aceptado en sociedad, para una accesibilidad universal”, concluye con una sonrisa. El autobús sin conductor se aleja con otras 12 personas ansiosas de descubrir lo que se siente al depender de las virtudes de un robot.
¿Cómo se controla la ruta?
Todos los ingenieros han mencionado el grado de desconfianza que genera esta tecnología. La gente no está acostumbrada a dejarse llevar por las máquinas y mucho menos por un vehículo sin conductor.
Debido a las dificultades del entorno en las cuales el autobús se desplazará, este último dispone de una tecnología GPS diferencial para garantizar la localización del vehículo con uno a dos centímetros de precisión. En el tejado se encuentran sistemas LÍDAR para modelar la ruta en tiempo real, detectar obstáculos y localizar el vehículo en todo momento.
También se han incorporado cámaras 3D y varios programas de localización específicos para la conducción, para un desplazamiento “seguro y confortable” y para el control remoto. Además, varios sistemas de información comunicarán con los pasajeros para que disfruten de la ruta sin miedo.
La puesta en marcha de todo este sistema ha sido muy compleja, según lo explican los expertos, porque hay zonas de la ruta que no tienen conectividad y en muchos puntos se perdía la detección GPS. Además, al ser un Parque Nacional, no podían tocar nada ni añadir sistemas de ayuda.
Fonte: ElPAÍS.