Premio Nobel de Química para los padres de las baterías de litio

Premio Nobel de Química para los padres de las baterías de litio

Tres contribuciones fundamentales para el desarrollo de las baterías de iones de litio han merecido el premio Nobel de Química que concede la Real Academia de las Ciencias de Suecia.

John B. Goodenough (1922), M. Stanley Whittingham (1941) y Akira Yoshino (1948) comparten el galardón, anunciado en la mañana del miércoles, por sus diferentes pero imprescindibles avances en la creación de unos dispositivos hoy ubicuos.

Goodenough se ha convertido, además, en la persona con más edad en recibir un Nobel. Tiene 97 años y, según sus colegas, sigue acudiendo al laboratorio a diario. Apasionado del trabajo científico, es muy querido y respetado en su campo, del que ha sido pionero y en el que este premio Nobel se ha recibido con especial satisfacción.

Las baterías de litio son ya ampliamente utilizadas en toda clase de ingenios electrónicos y se espera que sean cada vez más importantes en el futuro.

De teléfonos móviles a vehículos eléctricos, pasando por los ordenadores portátiles, multitud de invenciones se benefician de estas pilas ligeras, recargables y con gran poder energético. La Academia sueca ha destacado, además, que las baterías de litio serán fundamentales en el camino hacia un nuevo panorama energético libre de combustibles fósiles.

“Para combatir el cambio climático, hay que apostar por las renovables. Pero, ¿cuál es el problema de las renovables? Que son intermitentes. Generan energía, dependiendo del Sol o el viento, cuando no va a usarse”, analiza el investigador José Manuel Amarilla, del Instituto de Ciencia de Materiales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

“Las baterías de ión litio son de los sistemas más importantes, hoy la tecnología más avanzada, para almacenar la energía”, concluye este experto. “Se está viendo que el gran mercado va a ser el almacenamiento asociado a renovables”, pronostica.

El británico Stanley Whittingham, de la Universidad de Binghamton, dio el primer paso cuando, en los años 70, desarrolló el primer modelo funcional de batería de litio.

El alemán John Goodenough, de la Universidad de Texas en Austin, logró multiplicar el potencial de las baterías de litio y abrió el camino para su utilización profesional y comercial.

El japonés Akira Yoshino, de la Universidad de Osaka, logró eliminar el litio puro del diseño, cambiándolo por los más seguros iones de litio, lo que dio un impulso fundamental a esta clase de baterías.

Fuente: El Mundo

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